Será la edición número 19 de esta jornada en la que Amnistía Internacional denuncia cómo, a pesar de la tendencia mundial hacia la abolición de la pena de muerte, países como Arabia Saudí, China, Irán, Egipto o Estados Unidos sigue matando en nombre de la justicia.
Este año participarán en la Diada más de 2.500 municipios de todo el mundo, de Roma a Johannesburgo pasando por Amsterdam, París, Berlín o Nairobi entre otros. En España son cerca de un centenar de los municipios adheridos a esta iniciativa.
Por otra parte los ayuntamientos de Maó, Calvià o Esporles han aprobado en sus recientes plenos municipales sendas Declaraciones Institucionales, en las que se comprometen a trabajar, en su municipio, por la eliminación de la pena de muerte en todo el mundo, tal y como ya hicieron el año pasado los ayuntamientos de Manacor, Marratxí, San Lorenzo, Santanyí, Son Servera, Artà y Capdepera.
La pena de muerte en el mundo
Cada año, el número de ejecuciones en todo el mundo desciende. 2020 nos dejó un 26% menos de ejecuciones que en 2019, algo que da continuidad a la reducción que se registra año tras año desde 2015. Se trata de la cifra más baja en más de 10 años. Este considerable descenso está vinculado a la reducción del número de ejecuciones en dos de los países que históricamente han comunicado cifras elevadas de ejecuciones, Arabia Saudí e Irak, y, en menor medida, a algunas interrupciones declaradas como consecuencia en la pandemia de COVID-19.
Entre los países que llevaron a cabo ejecuciones en 2020 destaca el caso de Egipto, que triplicó su cifra anual de ejecuciones respecto al año anterior, y también China, que anunció que se castigarían los actos delictivos que afectaran a las medidas de prevención de la COVID-19. Mientras, en Estados Unidos, el gobierno de Trump reanudó las ejecuciones federales tras un paréntesis de 17 años, con la escalofriante cifra de 10 ejecuciones en menos de seis meses.
Actualmente, hay casi 30.000 personas condenadas a muerte en todo el mundo, si bien tan sólo nueve países son responsables del 82% del total conocido: Irak, Pakistán, Nigeria, Estados Unidos, Bangladesh, Malasia, Vietnam, Kenia y Sri Lanka. Además, hay un número elevado de personas condenadas a muerte en países de los que no disponemos de cifras, como en Arabia Saudí, China, Corea del Norte, Egipto e Irán.