Con la llegada del verano y el aumento de las actividades al aire libre en Menorca, expertos advierten sobre un riesgo creciente para la salud pública: la expansión de la enfermedad de Lyme. Esta infección bacteriana, transmitida por la picadura de garrapatas infectadas, se está volviendo más frecuente debido al aumento en la población de estos parásitos y la ampliación de sus zonas de distribución. Aunque no todas las garrapatas están infectadas, el contacto con una portadora puede derivar en síntomas serios si no se detecta a tiempo.
La enfermedad de Lyme puede afectar a cualquier persona que pase tiempo en entornos naturales como bosques, zonas con maleza densa o incluso jardines urbanos, donde estos ácaros encuentran refugio. Por eso, este verano en Menorca es más importante que nunca extremar las precauciones.
Un riesgo en aumento
Diversos estudios han registrado un notable crecimiento en la población de garrapatas en varias regiones, impulsado por factores como el cambio climático, que favorece su ciclo de vida, y la disminución de depredadores naturales. A esto se suma la expansión geográfica de las garrapatas, que cada vez se encuentran en áreas donde antes eran poco comunes, incluyendo zonas urbanas y suburbanas.
El aumento de las actividades recreativas al aire libre, como senderismo, camping, jardinería o paseos por el bosque, también contribuye a una mayor exposición. Las personas y mascotas que se adentran en estos entornos están en contacto directo con el hábitat natural de las garrapatas, incrementando el riesgo de picaduras. En España, la expansión de las garrapatas está afectando a diversas zonas, incluyendo áreas rurales y urbanas, y algunas comunidades autónomas como Cataluña están viendo una rápida expansión de especies como la Hyalomma lusitanicum. Las garrapatas son más frecuentes en zonas húmedas y con temperaturas más frías, como el País Vasco, Cantabria y Asturias. Además, la especie Hyalomma lusitanicum, que puede transmitir diversas enfermedades, ha colonizado municipios en Barcelona y Tarragona.
Aunque la mayoría de las garrapatas no están infectadas, aquellas que sí lo están pueden transmitir la bacteria Borrelia burgdorferi, responsable de la enfermedad de Lyme, si permanecen adheridas a la piel durante al menos 24 a 48 horas.
Cómo prevenir las picaduras
La mejor defensa contra la enfermedad de Lyme es la prevención. Los expertos recomiendan tomar una serie de precauciones antes, durante y después de estar en zonas de riesgo.
Uno de los métodos más eficaces es el uso de ropa protectora. Vestir prendas de colores claros facilita la detección de garrapatas antes de que puedan adherirse a la piel. Se aconseja llevar camisas de manga larga, pantalones largos y meter los pantalones dentro de los calcetines para limitar el acceso a la piel.
También es fundamental aplicar repelentes de insectos aprobados por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), como los que contienen DEET o picaridina. Estos productos deben usarse tanto en la piel expuesta como en la ropa, siguiendo siempre las indicaciones del fabricante.
Evitar caminar entre la vegetación densa, especialmente en senderos no marcados o con hierba alta, reduce considerablemente las posibilidades de entrar en contacto con garrapatas. Además, tras la exposición al aire libre, es recomendable ducharse lo antes posible y realizar una revisión minuciosa del cuerpo, prestando especial atención a zonas como el cuero cabelludo, axilas, ingle y detrás de las rodillas.
Qué hacer en caso de picadura
Si se detecta una garrapata adherida, debe retirarse con cuidado utilizando unas pinzas finas. Hay que sujetarla lo más cerca posible de la piel y tirar suavemente hacia arriba, evitando girar o aplastar el cuerpo del insecto. Posteriormente, se debe desinfectar bien la zona con agua y jabón o un antiséptico.
No todas las picaduras derivan en enfermedad, pero si en los días siguientes aparecen síntomas como fiebre, dolor de cabeza, fatiga o una erupción característica en forma de diana, es fundamental acudir a un médico. La enfermedad de Lyme puede tratarse eficazmente con antibióticos si se detecta a tiempo, pero un diagnóstico tardío puede conllevar complicaciones neurológicas o articulares.
Finalmente, si se tienen mascotas, estas también deben ser revisadas con frecuencia, ya que pueden traer garrapatas al hogar. Los productos antiparasitarios recomendados por los veterinarios son una herramienta clave para proteger a los animales y, por extensión, a sus dueños.
Con unas pocas medidas preventivas, es posible disfrutar del verano en la naturaleza sin comprometer la salud. La información y la vigilancia son las mejores armas contra esta enfermedad silenciosa, pero prevenible.
Aumenta la probabilidad de contraer la enfermedad de Lyme por culpa de las garrapatas