Las voluntades anticipadas tienen un papel fundamental en el ámbito de la bioética y el derecho sanitario, puesto que aseguran que las personas tengan control sobre sus propias decisiones médicas en situaciones difíciles. Esto puede incluir decisiones sobre si recibir o no ciertos tratamientos (como la reanimación cardiopulmonar, ventilación asistida, nutrición artificial, entre otros) en caso de sufrir enfermedades avanzadas, irreversibles o terminales. Las voluntades anticipadas generalmente incluyen:
- Tratamientos médicos específicos: el paciente puede aceptar o rechazar ciertos procedimientos médicos o apoyo vital.
- Instrucciones generales: cómo se desea que se gestione el final de vida.
- Nombramiento de un representante: una persona de confianza que actuará en nombre del paciente para tomar decisiones, si este no puede hacerlo. Este representante puede ser un familiar, un amigo o cualquier persona a quien el paciente otorga este poder.
Cómo Funcionen las Voluntades Anticipadas?
- Redacción y Firma: Para hacer efectiva una voluntad anticipada, la persona tiene que ser mayor de edad y encontrarse en plenas facultades mentales. La redacción del documento puede hacerse con el asesoramiento de un abogado o un profesional sanitario, aunque no es obligatorio. Hace falta que sea firmado ante notario, o bien ante dos testigos (que no pueden ser familiares directos ni tener un interés económico).
- Inscripción en el registro: En Cataluña, es posible inscribir las voluntades anticipadas en el Registro de Voluntades Anticipadas de la Generalitat. Esto permite a los profesionales de salud tener acceso al documento en caso de necesidad, asegurando así que se respete la voluntad del paciente en cualquier centro sanitario.
- Aplicación: El documento se hace efectivo cuando el paciente se encuentra en una situación de salud que le impide expresarse. Los médicos y familiares están obligados a respetar el que se establece, siempre que sea compatible con la ley y con los criterios médicos vigentes.
Las voluntades anticipadas ofrecen beneficios importantes, como por ejemplo: - Respeto por la autonomía: garantizan que la persona mantenga el control sobre las decisiones médicas incluso cuando no puede comunicarse.
- Tranquilidad: los familiares y los amigos se evitan tomar decisiones difíciles en momentos de gran estrés emocional, puesto que pueden guiarse por la voluntad expresada previamente.
- Coherencia ética: facilita el trabajo de los profesionales de salud al mantenerse fieles a los valores y deseos del paciente.
Es importante recordar que las voluntades anticipadas pueden ser revisadas o modificadas en cualquier momento mientras la persona mantenga sus facultades. Esto permite adaptar el documento a posibles cambios en la situación de salud o en las preferencias de la persona.