Gritos de júbilo han sacudido el palacio de Torre Saura justo a las dos del mediodía, cuando las primeras notas del tambor y el fabiol han proclamado el "primer toc", señal inequívoca de que las fiestas de Sant Joan ya laten en Ciutadella.
Montado en su inseparable somereta "En Xisco", el fabioler Sebastià Salort Bagur —que celebra su trigésimo segundo año al mando del toque— ha cruzado la multitud, ha desmontado con soltura y, blandiendo flauta y tambor, ha solicitado la venia al caixer senyor Carlos de Salort Pons. Con el permiso concedido, el fabioler ha hecho sonar un redoble seco y tres notas agudas, desatando un estallido de euforia que ha inundado la Plaça des Born.
Ahora el fabioler puede poner en marcha el replec, la ronda que convoca a caixers y cavallers para formar la Qualcada. Esta tarde la comitiva dará las tres vueltas del Caragol des Born y, al caer la tarde, cabalgará hasta la ermita de Sant Joan de Missa para rezar Vísperas y dar continuidad a una tradición que late intacta desde hace siglos.
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