Hasta seis ‘bujots’ han quemado al mediodía tras ser colgados como Judas ante la fachada de otros tantos bares y entidades socioculturales de la ciudad.
En dos de ellos el protagonista ha sido Trump, al que los carteles que le acompañaban definían como “el rey del mambo”, que ha impuesto “aranceles a tutiplén”, entre otros productos, al queso de Menorca.
Junto al monigote de Trump, suspendido en medio de la plaza de Es Born, había carteles que lo señalaban como “suprema autoridad y vengativo como un diablo”, que “sólo actúa por dinero y promete hacer callar a todo el que lo incomode”.
Otros dos ‘bujots’ han censurado la problemática de la vivienda: “Comprar aquí será para ricos, ¿dónde vivirán nuestros hijos?”.
Los dos restantes se han centrado en polémicas locales, como la inminente peatonalización de la plaza de Es Born y la restricción que impedirá participar a menores de 14 años en las fiestas de Sant Joan.
La tradición de ‘matar es bujot’ es seguida también en los pueblos andaluces de Coripe e Hinojos, donde se celebra la ‘Tirada de Judas’, un muñeco de serrín acribillado a disparos por los cazadores.
Desde 2022, Ciutadella ha tenido que cambiar las escopetas por los petardos, ya que el nuevo reglamento de armas impuesto por la Delegación de Gobierno prohíbe utilizar armas de fuego en recreaciones y espectáculos públicos. EFE
