En Ciutadella, donde apenas 15 calles llevan nombre de mujer, un grupo de alumnos del CEIP Margalida Florit ha decidido alzar la voz para impulsar un cambio simbólico pero profundamente necesario: bautizar una plaza sin nombre con la denominación de un colectivo femenino.
Durante esta semana, la sala Sant Josep de Ciutadella acoge la exposición del trabajo que el alumnado ha desarrollado a lo largo de dos cursos escolares. Una labor fruto de la reflexión, la creatividad y el compromiso por visibilizar la escasa presencia femenina en el espacio público. Este proyecto, que cuenta con el apoyo del Fons Menorquí de Cooperació y forma parte de la Red de Centros Cooperantes, parte de una pregunta potente: ¿por qué hay tan pocas calles con nombres de mujer?
La iniciativa tomó forma al descubrir que la plaza contigua al colegio carecía de nombre oficial. Aquello se convirtió en una oportunidad real de generar un cambio desde el aula. Tras constatar que los registros históricos apenas ofrecen nombres femeninos reconocidos, el alumnado decidió poner el foco en los colectivos de mujeres que han contribuido de forma decisiva al desarrollo local, aunque su legado rara vez haya sido reconocido.
Según explicó Bego Gornés, una de las responsables del proyecto, en una entrevista en Radio Menorca, entre los colectivos propuestos figuran comerciantes, bisuteras, juntadoras del calzado, artistas, escritoras, curanderas —identificadas como "brujas" en el imaginario popular—, amas de casa, entre otros. “Todas ellas han sido piezas fundamentales de nuestra historia cotidiana y merecen visibilidad”, remarcó.
A lo largo del proceso, los alumnos han entrevistado a mujeres trabajadoras, explorado sus historias y creado representaciones artísticas que rinden homenaje a sus oficios. El resultado puede verse ahora en la exposición, donde además de sensibilizar, se invita a la ciudadanía a votar qué colectivo debería dar nombre a la futura plaza.
Una vez finalizado el periodo de votación, el resultado será propuesto al Ayuntamiento de Ciutadella para su evaluación. La idea es que esta iniciativa no se quede en el aula ni en una exposición, sino que se traduzca en una acción concreta que dé visibilidad a tantas mujeres que han sido parte fundamental de la vida y la identidad menorquina.
Esta propuesta es mucho más que una acción simbólica: es un ejercicio de memoria colectiva, una lección viva de igualdad y una herramienta educativa poderosa. Porque detrás de cada plaza, calle o avenida hay una historia. Y es hora de que muchas de ellas empiecen, también, a contarse en femenino.
¿Qué colectivo femenino tendrá su propia plaza en Ciutadella?