Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre mortalidad en las Islas Baleares durante el año 2024 dibujan un panorama alarmante: más de la mitad de las defunciones se deben a enfermedades crónicas no transmisibles. En total, se registraron 9.023 muertes en el archipiélago, de las cuales 2.448 fueron provocadas por tumores y 2.416 por patologías del sistema circulatorio.
Estas cifras no solo confirman una tendencia que ya venía consolidándose, sino que, además, reflejan un aumento significativo de las defunciones por enfermedades cardiovasculares en Baleares, con un incremento del 9,2 % respecto al año anterior. Esta es la mayor subida de todo el país, muy por delante de otras comunidades como Galicia (1,9 %) o el País Vasco (0,8 %). En el otro extremo, territorios como Melilla (-14,9 %), Ceuta (-9,4 %) y Canarias (-8,5 %) lograron notables descensos.
Cáncer y corazón: principales causas de muerte
Las enfermedades oncológicas y cardiovasculares siguen liderando el ranking de mortalidad en la comunidad. En el caso del cáncer, los más letales fueron los tumores malignos de tráquea, bronquios y pulmón, con 531 muertes, seguidos del cáncer de colon, que causó 224 fallecimientos. La comunidad científica y sanitaria observa con preocupación la evolución de estas cifras, ya que el cáncer lleva décadas aumentando, impulsado por el envejecimiento poblacional, el sedentarismo, el tabaquismo y otros factores de riesgo evitables.
Por su parte, las enfermedades del sistema circulatorio, como los infartos o los accidentes cerebrovasculares, no solo ocupan el segundo puesto en número de defunciones, sino que también destacan por su acelerado crecimiento. Se trata de patologías que, en su mayoría, pueden prevenirse con hábitos saludables y controles médicos periódicos.
Enfermedades crónicas: un enemigo silencioso
El informe del INE refuerza una idea cada vez más evidente: el principal enemigo de la salud pública en la actualidad ya no son las enfermedades infecciosas, sino las enfermedades crónicas, muchas de ellas prevenibles. Las patologías respiratorias (818 fallecimientos), del sistema nervioso (610), los trastornos mentales (459) y los problemas digestivos (458) completan la lista de principales causas de muerte en Baleares en 2024.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades crónicas como el cáncer, las cardiovasculares, la diabetes o la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) pueden prevenirse o al menos retrasarse mediante la gestión adecuada de los factores de riesgo: una alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, eliminación del tabaco y consumo moderado de alcohol, entre otros.
La inacción o el retraso en adoptar medidas efectivas en estos frentes puede traducirse en más muertes evitables, mayor saturación del sistema sanitario y un deterioro general de la calidad de vida.
La prevención como gran asignatura pendiente
A la vista de los datos, resulta evidente que seguimos sin tomarnos en serio la prevención. A pesar de los esfuerzos en campañas de concienciación, muchas personas aún ignoran los signos de alerta, posponen sus revisiones médicas o mantienen hábitos que ponen en riesgo su salud a largo plazo. El resultado: enfermedades que se podrían haber prevenido o tratado a tiempo, terminan provocando muertes prematuras.
Los expertos insisten en que la promoción de estilos de vida saludables no puede depender únicamente de la voluntad individual. Es necesaria una apuesta firme desde las instituciones públicas: más recursos para atención primaria, programas educativos desde edades tempranas, políticas que fomenten entornos saludables y una inversión sostenida en investigación y sanidad pública.
Además, el acceso equitativo a servicios de salud mental y a programas de detección precoz debe ser una prioridad. Las enfermedades mentales, por ejemplo, siguen infradiagnosticadas y mal tratadas, a pesar de ser causa directa o indirecta de cientos de muertes cada año.
No nos estamos tomando en serio el cuidado de nuestra salud