Sin embargo, el 26 de septiembre, al tener conocimiento de la propuesta de Hidrobal para detener la planta y avisar a la población, el Ajuntament tomó medidas por prudencia, ordenando detener el funcionamiento de la planta y alertando a los vecinos de que no consumieran agua del grifo.
Tras el cierre de la planta, se ha conectado la red directamente a los pozos de mayor calidad del municipio, y los análisis realizados este lunes en el área de Malbúger confirmaron que el agua es apta para el consumo. A pesar de ello, el alcalde ha insistido en que el Ajuntament no comunicará oficialmente que el agua es segura hasta tener todas las garantías necesarias.
Pons ha anunciado varias medidas inmediatas para resolver la situación y mejorar la gestión del suministro de agua en Maó:
- Se nombrará un nuevo técnico responsable del contrato de gestión del agua, con el fin de centralizar todas las gestiones e información en una sola persona y departamento.
- Se revisarán y clarificarán los procesos internos y los protocolos de comunicación con la empresa concesionaria Hidrobal, para evitar errores como los ocurridos.
- Se abrirá un expediente para identificar posibles incumplimientos por parte de Hidrobal, ya que la empresa es responsable de la gestión y distribución del agua.
El alcalde también ha anunciado que mañana se reunirá con el representante de Hidrobal en Baleares para tratar estas cuestiones y establecer responsabilidades. Pons ha reiterado que la empresa concesionaria tiene una parte de responsabilidad en lo sucedido y que el Ajuntament seguirá trabajando para garantizar la calidad del agua en el municipio.