"Los Pekenikes siempre en el corazón"
Descubrí a Los Pekenikes a finales de los años setenta, gracias a mi primo Gaspar, que es algo mayor que yo y que los había escuchado ya en los años sesenta. Gaspar siempre me decía que conformab
16 de noviembre de 2025
Por Xisco Cruz
Descubrí a Los Pekenikes a finales de los años setenta, gracias a mi primo Gaspar, que es algo mayor que yo y que los había escuchado ya en los años sesenta. Gaspar siempre me decía que conformaban un grupo increíble, seguramente el que más le había gustado musicalmente en la denominada década prodigiosa.
Su rendida y persistente admiración fue determinante para que, por mi parte, decidiera comprar un día el disco 'Lo mejor de Los Pekenikes', editado por Hispavox en 1983. Yo tenía entonces apenas veinte años.
Fue de ese modo como escuché por vez primera temas bellísimos suyos, como
Hilo de seda (1966),
Frente a palacio (1966),
Embustero y bailarín (1967) o
Cerca de las estrellas (1969). Todas esas canciones y otras como
Sombras y rejas (1966),
Arena caliente (1966),
Sol de medianoche (1967) o
Tren transoceánico a Bucaramanga (1970) eran sin duda maravillosas entonces y lo siguen siendo todavía hoy. Mi primo Gaspar tenía razón.
Podríamos decir que esas y otras composiciones empezaron a ser ya intemporales desde el momento mismo en que nacieron, en el sentido de que se acabarían convirtiendo en temas independientes o ajenos al paso del tiempo, trascendiendo la época en que vieron la luz.
Tanto entonces como ahora, la música de Los Pekenikes sigue siendo igualmente subyugante y mágica. Era el suyo un pop elegante, limpio, técnicamente perfecto, original. Un pop moderno y nostálgico al mismo tiempo, melancólico a veces, luminoso otras. Un pop profundamente evocador, como de otro lugar, como de otro tiempo, pero al mismo tiempo inequívocamente español.
Los componentes originarios del grupo —nacido en 1959— fueron Alfonso Sainz, Lucas Sainz, Ignacio Martín Sequeros, Eddy Guzmán y Pepe Nieto. La mayor parte de los temas que les dieron a conocer en sus inicios fueron compuestos por Alfonso, Lucas e Ignacio. Una de las peculiaridades de Los Pekenikes es que seguramente ha sido el grupo español que más cambios de todo tipo ha experimentado en su seno.
Así, empezó siendo un quinteto y más adelante pasó a ser un sexteto y luego un septeto. Por otro lado, tras contar en sus primeros años siempre con un cantante solista, a partir de 1966 se reconvirtió en una formación esencialmente instrumental.
Mención aparte merece el gran número de músicos que, además de los ya citados, en uno u otro momento formaron parte de Los Pekenikes. Ciñéndonos sólo a su primera década de existencia, debemos citar a Tony Luz, Junior, Pablo Argote, Juan Pardo, José Barranco, Jorge Matey, Félix Arribas, Pedro Luis García, Vicente Gasca, Yamel Uribe, Guillermo Acevedo, Rodrigo García, Juan Jiménez, Álvaro Serrano y el mallorquín Toni Obrador, entre otros.
Utilizando un símil futbolístico, podríamos decir que todos ellos conformaban un
dream team de músicos galácticos, seguramente merecedores de una o más Champions y de alguna que otra Copa Intercontinental. Dos de aquellos músicos, Juan Pardo y Junior, formarían también parte del que para mí es el otro gran grupo español de los sesenta, Los Brincos.
En aquella década prodigiosa surgirían en España otros grupos musicales también de gran nivel, como Los Bravos, Los Mustang, Los Mitos, Los Relámpagos o Los Módulos, entre otros. Habría que esperar hasta inicios de los años ochenta para que volviera a haber una eclosión musical de semejante calidad en nuestro país.
Todavía hoy me fascina y hasta cierto punto me intriga el hecho de que hace ya seis décadas se hiciera en nuestro país una música pop tan buena, al mismo nivel de la que se hacía entonces en Estados Unidos, el Reino Unido o el resto de Europa.
A lo largo de todo ese tiempo, ha estado presente entre nosotros la música de Los Pekenikes, en sus diferentes configuraciones como grupo. Su música ha hecho más grata y cálida la vida de diversas generaciones de amantes apasionados e incondicionales del pop, unos amantes que, por ello mismo, llevaremos siempre a Los Pekenikes en el corazón.