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¿Cómo está cambiando el mercado laboral en Menorca?

¿Cómo está cambiando el mercado laboral en Menorca?
Menorca arranca la temporada turística con cifras laborales históricas. El mes de junio ha traído consigo un notable descenso en el número de personas desempleadas, consolidando una tendencia positiva en el mercado de trabajo de la isla. Sin embargo, detrás de los buenos datos estadísticos, se esconden desafíos estructurales que afectan la configuración del empleo presente y futuro en el ámbito insular.
Según los datos publicados este miércoles, el número de personas inscritas en el SOIB en busca de empleo se ha reducido un 4,5% respecto a junio de 2024, situándose en 1.484 inscritos. La tendencia también es positiva si se compara con mayo, mes en el que se han sumado 81 empleados más, lo que supone una bajada del paro del 5,2%.
A escala balear, la cifra total de personas sin empleo se sitúa en 24.722, la más baja registrada en un mes de junio desde 2001. En la serie histórica comparable iniciada en 1996, el paro ha descendido durante el mes de junio en 29 ocasiones, mientras que solo ha subido una vez. En el último año, el desempleo en las Islas ha descendido en 1.647 personas, lo que representa una caída del 6,2%.
Menos paro, pero más vacíos: los oficios que nadie quiere ejercer
Pese a las cifras optimistas, el mercado laboral menorquín muestra síntomas claros de desequilibrio. Uno de los más destacados es la dificultad para cubrir profesiones técnicas y oficios manuales. Electricistas, fontaneros, mecánicos, industriales y otros perfiles especializados presentan una escasa disponibilidad, hasta el punto de que encontrar uno disponible en la isla puede implicar esperas prolongadas.
Este fenómeno responde en parte a un cambio cultural y generacional. Muchos jóvenes optan por formaciones que les alejen de los trabajos considerados físicamente exigentes, rutinarios o con cierto grado de peligrosidad. El interés se dirige cada vez más hacia sectores vinculados al mundo digital, la gestión, la comunicación o el diseño, dejando en segundo plano las salidas profesionales en áreas industriales o técnicas.
Este vacío se ve acentuado por el crecimiento del turismo, que absorbe buena parte de la mano de obra disponible al inicio de cada temporada. Cuando se agotan los perfiles con experiencia, los huecos se rellenan con trabajadores sin la formación o preparación adecuadas. Esto garantiza una cobertura rápida de las necesidades del sector, pero compromete la calidad del servicio y la estabilidad laboral a largo plazo.
Una nueva formación profesional para un nuevo escenario
En este contexto, la Formación Profesional (FP) se presenta como una herramienta clave para reequilibrar el mercado laboral. La oferta educativa en Menorca para el curso 2025-2026 incluye una variedad de ciclos formativos de grado medio y superior, además de cursos de especialización. Las áreas abarcan desde Administración y Gestión hasta Electricidad, Electrónica, Hostelería y Turismo. Estos estudios están disponibles en modalidad presencial y a distancia, tanto en centros públicos como privados.
El reto está en alinear esa oferta con las verdaderas necesidades del mercado local y, al mismo tiempo, hacer atractivas las profesiones técnicas y manuales para las nuevas generaciones. Ello implica no solo una adaptación curricular, sino también una labor de concienciación social sobre el valor y la importancia de estos trabajos, esenciales para el funcionamiento de la vida cotidiana en la isla.
Mirar al futuro con una hoja de ruta clara
Más allá del dato puntual del paro, Menorca debe ser capaz de interpretar los indicadores laborales con una visión estratégica. El impacto del cambio climático, la automatización, la transformación del consumo —con el declive del comercio tradicional frente al auge de las grandes plataformas de distribución online— y la presión del turismo son factores que moldearán el empleo en los próximos años.
El desarrollo de políticas públicas que fomenten la resiliencia económica, la diversificación productiva, la valorización del comercio local y la protección de los oficios tradicionales resulta urgente. No basta con reducir el desempleo estacional; es necesario preparar a la isla para los retos estructurales que vienen, apostando por la formación, la innovación y el equilibrio territorial.
El mercado laboral menorquín, en plena transformación, necesita algo más que cifras positivas: requiere una dirección clara y la implicación de todos los actores sociales y económicos para garantizar un futuro sostenible, justo y adaptado a los nuevos tiempos.
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Redacción

Periodista de Menorca al Dia

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