Baleària black_friday
gov_gripe_25_desktop
banner_visites-Culturals
Sabies-que_RamonLlull
energia

Cuestiones lingüísticas

Cuestiones lingüísticas
Esta semana varios de los impactos informativos han llegado a interesarme como para publicar aquí mis reflexiones. Temas sobre los que ya he escrito antes, pero que son dinámicos en su progresión.  El jurado para la esposa del Presidente, la resolución de la Audiencia Provincial de Madrid que dice que no por ahora, los sobres transparentes de dinero de Ferraz,  la “reflota” y los repatriados de la “flotilla”, todo el antisemitismo que se ha organizado en España, el Premio Nobel de la Paz a María Corina, el acuerdo sobre Gaza, el Presidente Trump y su situación interna.
 
Pero no. Llevo días viendo videos de la oposición interna en los Estados Unidos de Norteamérica al despliegue de la guardia nacional y al de la ICE, la agencia de policía de inmigración, cuando entre video y video y  en una reunión escucho un debate:
-Hay que pensar si estamos haciendo bien las cosas con el catalán porque cada vez aparece más el castellano, y en la calle cada vez se escucha menos.
Otra persona reafirma, es cierto antes, inespecífico antes, los documentos estaban en catalán y ahora están en castellano y en catalán. Un tercero: esto no es una cuestión política, hablamos catalán o hablamos castellano casi inconscientemente en función de quien nos escucha. Pues habría que hacer como los ingleses, que hablan inglés, hables o no hables inglés. 
 
Este dialogo me pareció más interesante que el resto de los temas, por la proximidad a la realidad de mi vida. Más próximo y más de la  esencia colectiva de nuestro país, que expresar mi desagrado por la concesión del Nobel de la Paz a María Corina, mi absoluta falta de interés por la flotilla y la reflotilla, mi hilaridad ante las noticias de que Trump quería el premio Nobel de la Paz, mi sorpresa al comprobar que Trump ha abierto un descosido en la unión de algunos de los estados de Norteamérica.
 
La cuestión idiomática en esta país se politizó en el siglo XIX y especialmente en el siglo XX. No hemos sabido resolverla entre todos. Sin embargo no es una cuestión política. Es  sociocultural que ha derivado por mala compresión y mala gestión en el problema que por un lado alientan los nacionalismos y por otro atizan la derecha y la extrema derecha. Debemos cambiar todos nuestra mentalidad lingüística. Hay que dejar que las cosas fluyan, tenemos un idioma común, en estos momentos, y su uso es normal en todas las partes del país.  Es un instrumento de comunicación común. Como tal debe permanecer. También es uno de los idiomas más hablado alrededor del mundo, incluso en USA. 
 
Si leemos la historia de la península ibérica, podemos llegar a visualizar que es multicultural  y plural a partir de reinos diferentes con historias diferentes y con evoluciones idiomáticas de comunicación y políticas diferentes, hasta la instauración de la dinastía borbónica. La parte occidental atlántica desarrolla la lengua astur-galaica que se desarrolla desde Asturias y Galicia hasta Portugal. La parte noreste de España y suroeste de la península y Navarra desarrolla el euskera, La parte mediterránea desarrolla la lengua romance carolingia de la occitánica por Cataluña, y desde allí a Valencia y Baleares. Por último, la parte castellano leonesa y territorios anexionados por la fuerza o por acuerdo, desarrolla el castellano. Se pierde el árabe como lengua actual, aun cuando existen elementos numerosos incrustados en las lenguas de la península, y el hebreo se marcha con los sefarditas, que  una minoría aún lo conserva fuera de España. En estos territorio no solo se hablaba una lengua propia sino que se desarrollaban instituciones políticas  y conceptos de organización comunitaria diversas, que iban desde un centralismo absoluto hasta un federalismo matizado.
 
El hecho fundacional de España, no de Hispania, se ha colocado en el matrimonio de Isabel de Castila y Fernando de Aragón, pero ambos mantuvieron reinos con las  estructuras diferentes y no unificaron las lenguas. Especialmente la lengua que se hablaba en Cataluña se fue desarrollando con riqueza como lengua viva, de manera voluntaria y consciente, y no por accidente o aislamiento, y desarrollando un vocabulario transversal que superaba lo meramente cotidiano, y para toda la sociedad.
 
En esta realidad histórica, imponer una sola lengua como prioritaria en un determinado territorio es erróneo. Tenemos al menos cuatro lenguas, castellano, gallego, euskera y catalán. Siendo sinceros, para llegar a un nivel entendible y funcional de convivencia y de comunicación no es necesario un alto  contenido de estudios. Gallego y catalán, tienen una base común que las interconecta entre sí y con el castellano. El euskera es diferente, porque exige un esfuerzo que otras lenguas del país no necesitan. Carteles en castellano o en catalán o en gallego, seamos serios, ¿qué problema hay de comprensión?.
 
La lengua no es política sino que es una actitud de integración y de comunicación. Si realmente creemos en un proyecto común de convivencia no descosido llamado Reino de España, no Reino de Castilla ni Reino de Aragón, o de Asturias o de Navarra, o Principado de Catalunya, el hecho lingüístico plural ha de ser admitido por todos, e introducido como elemento de riqueza de país. La identificación de una lengua con un sentimiento nacional, es un error de convivencia, la exclusión de una u otra lengua o la priorización de una lengua zonal sobre la lengua general, sería una pérdida de identidad y de riqueza.
 
La derecha y la extrema derecha manejan un concepto de país que no es el único posible, y los partidos nacionalistas, manejan un concepto de patria excluyente muchas veces a día de hoy, en contra de la base sociológica del territorio que pretenden segregar. Entre unos y otros se diseña  una especie de concepto xenófobo respecto de la imposición de una lengua. Recientemente el Presidente de Catalunya, Sr. Illa, aludió a esto en un discurso en el parlamento catalán en el que fue durísimo contra el partido de “Aliança catalana”.
 
La cuestión lingüística es hoy un elemento de tensión en la convivencia general. El modelo diseñado de convivencia facilita la separación frente a la integración, la supremacía lingüística frente a la igualdad y la tolerancia. Lo único que contrapesa este uso para la confrontación , es  el deseo de comunicación de los ciudadanos,  en la resolución de los problemas lingüísticos, en las calles y en la cotidianidad de la microhistoria. Todo el mundo debe de entender que la lengua es una cosa y el nacionalismo es otra diferente.
 
  Ninguna lengua en ningún territorio ha de imponerse sobre otra, ni nadie ha de tener dudas sobre la lengua que utiliza, y la forma de hacerlo es sencilla. Todas han de ser estudiadas y conocidas obligatoriamente y este conocimiento ha de establecerse en las escuelas  e imponerse por el estado en los modelos educativos privados que acceden a financiación. Los impuestos han de ser de todos. Es un tema de educación. La lengua no debe servir como instrumento para el ejercicio del derecho a un trabajo ni para discriminar o como instrumento de separación. Al igual que el género, debería ser neutro para las ofertas públicas de empleo.  En beneficio de la convivencia y de la educación, al menos deberían existir dos lenguas vehiculares, al 50% cada una de ellas en la enseñanza, la propia histórica  y la común.
 
Otros modelos de organización, son posibles, no necesariamente la monarquía de la casa de Borbón. Ya lo han sido a lo largo de la historia. El primer reino en Hispania se constituye con los visigodos, capital en Toledo. Después eclosionan todos los demás con todas las lenguas y todas las culturas. En la historia, el modelo político que actualmente tenemos, no es sino el equivalente a un niño que no ha llegado a la edad de la primera confirmación. Si queremos que este niño se haga adulto deberemos corregir su crecimiento. No hacer fronteras lingüísticas, no imponer lengua alguna, el cambio en la educación y en la política para que todos conozcamos todas las lenguas a un nivel que nos permita integrarnos en cualquier sociedad del país, la superación de modelos erróneos de relato histórico, y  la unidad territorial dentro de la diversidad renunciando a cualquier proceso de independencia o de uniformidad,  serían  como la ortodoncia o el collarín que nos han de servir de guías.
 
J

Jordi Ribera

Periodista de Menorca al Dia

Artículos relacionados

"Gastes electricitat neta o bruta a casa?"

"Gastes electricitat neta o bruta a casa?"

Us aviso que aquest article és recurrent i m'agrada recordar. L’electricitat és el sistema d’energia més eficient que ara tenim al nostre abast. Un cotxe amb motor de benzina o dièsel, de cada

Leer más →
"Los Pekenikes siempre en el corazón"

"Los Pekenikes siempre en el corazón"

Descubrí a Los Pekenikes a finales de los años setenta, gracias a mi primo Gaspar, que es algo mayor que yo y que los había escuchado ya en los años sesenta. Gaspar siempre me decía que conformab

Leer más →
"El fiscal destogado"

"El fiscal destogado"

El título del artículo de hoy parece el de una novela cervantina, o si me apuran de Miguel Delibes y su “príncipe destronado”.  Tiene un poco de novela picaresca y de novela del Siglo de Oro

Leer más →
Viu

Viu

No perdis l'oportunitat. Ho dic molt de debò. No dic ni molt menys que la teva vida es converteixi en un desconcert i qu...

Leer más →