En noviembre del año 2023, publiqué un artículo sobre la corrupción en España. Era algo que sonaba por todos sitios. La idea de la Arcadia Feliz, casi una ínsula Barataria, de España como un país de gente honrada y honesta, hacía ya tiempo que había quedado atrás. La inocencia perdida. No voy a decir, que en tiempos de Franco había menos corrupción, quizá es que había menos posibilidades de corrupción, pero corruptos siempre los ha habido.
Definir la corrupción resulta difícil, porque es un concepto amplio. Corrupción es cuando se introduce algo tramposo u oculto en una actividad negocial. También podría ser cuando se realiza una actividad punible por el Código Penal, de riesgo, y que se asume o bien porque el resultado, en caso de ser descubierto, es lo suficientemente lucrativo como para esperar a salir de la cárcel, o bien se apunta a un nivel de poder político o de relaciones personales con el poder, o de influencia, o de autodefinición de inteligencia propia, que lleva a pensar que existe infalibilidad, o capacidad de maniobra o margen de protección, mediante una red de complacencia o de influencias de tipo mafioso, en la que todo el mundo se mueve en el mismo nivel de corrupción y protección recíproca. Es tan antigua como el hombre y ponía el ejemplo del hombre prehistórico que decía a otros el camino erróneo para encontrar alimentos y quedarse con los rendimientos de la recolección más amplio del camino acertado.
La corrupción lleva muchas veces aparejada conexión con la prostitución. Los corruptos son tan poderosos que puestos a saltarse un código considerado esencial para la colectividad, en su propio beneficio, se saltan más. De la misma forma que tratar de evitar la corrupción es imposible, tratar de evitar la prostitución es igualmente imposible. Incluso es posible que el corrupto tenga un concepto de las cosas que lleve a hacerle pensar que los demás son los corruptos y que no tiene importancia ponerle un 5% de plus a algo en beneficio propio, y que hasta es justo; o alguien que se prostituye puede encontrar placer en ello y una forma agradable de vivir como quiere, con el dinero que le produce esta actividad.
Plantear batalla política sobre la prostitución o la corrupción, es cometer un error.
Es cierto que los ciudadanos tenían unas expectativas mayores sobre los gestores políticos del dinero de todos, defraudadas en todos los sentidos, y que reaccionan peor, espoleados. Pero se olvidan pronto o son sustituidos por otros. ¿Cuántos abrigos se han regalado en tiempos de Franco? ¿Cajas de navidad, viajes, prostitutas, cacerías, cenas, comidas...? El dinero se usaba menos y los abrigos más. También la vida estaba más barata y menos dinero daba para más. Ahora, como quien más quien menos puede acceder al abrigo, o a otras cosas, se siguen manteniendo las cacerías y las monterías de los buenos tiempos, eso sí, y las prostitutas femeninas. Desconozco si en el otro lado del espejo hay también pagos a hombres.
Lo que ocurre es que el “y tu más”, es muy arriesgado porque el corrupto no se sabe en donde está. Entonces puede ser el numero 2 de tu partido, el tesorero o el contable, el hermano que hace negocio o que recibe un puesto de trabajo en la administración, o aquella que sin ser corrupta se aprovecha de una posición para acceder a negocios que, de otra forma, no tendría, o que juega con su posición e influencia. El PP y el PSOE se enzarzaron desde hace tiempo con la batalla de la corrupción, error.
Podemos alardea de que no tiene corruptos. No es verdad. Lo que pasa es que no los han pillado aún, o son corruptelas porque tienen menos dinerillo. No todos los políticos son corruptos, pero todos los ciudadanos no tienen el acceso a determinados privilegios que tienen los políticos. Y por ahí se va creando una clase, que también gusta de buenos hoteles.
En España el modelo no es precisamente el del recientemente fallecido ex presidente de Uruguay Mujica. A Cristina, la de Argentina, la han metido unos años en casa. ¿De verdad que a un porteño o uno del Boca, lo meterían en casa o quizá más bien en prisión?. Esto es lo que tenemos. Esta es la corrupción en mil maneras en la que nuestra actual ex Arcadia feliz se mueve.
El PSOE apostó demasiado fuerte por el tema de la corrupción como Podemos está apostando demasiado fuerte por el feminismo como teoría política. Errejón fue la bomba que lo ejemplificó. El debate político no puede bajar tanto. La Política no es moral, la moral es cosa de la religión, la filosofía, y esto se presume en los políticos que se presentan a unas elecciones y son votados.
El debate político ha de ser de ideologías, una fábrica de pensamientos, por ejemplo social democracia versus liberalismo, terrenos tangentes, socialismo internacionalista frente a derecha nacionalista, valores fundamentales frente a limitación de valores, Derechos humanos frente a totalitarismos. Lo demás son política baja, en la que nadie está libre para tirar la primera piedra, y para la tolerancia cero. Pero qué más da la tolerancia cero si hay encima un ambiente de tormenta apocalíptica.
Entonces, dejen de acusarse unos a otros, porque todo el mundo tiene muertos en el armario. Lo que le ha pasado a Sánchez, no es un tema de corrupción de una persona, es un conjunto de cosas de las que debería haberse enterado y no lo ha hecho pese a su posición. ¿A ver si estamos como en Sodoma y hay dudas de encontrar a diez personas justas? Comprendo que los políticos digan que esto es una minoría, pero la duda es ya lo suficientemente fuerte, en democracia, y el sistema de funcionamiento de los partidos políticos y de las elecciones tampoco ayuda con el sistema de listas cerradas.
El PSOE resurgirá sin lugar a dudas, pero necesita salir del terreno en el que se ha metido, y una apertura a nuevos caminos, que suponen recambios ideológicos y reposicionamientos estratégicos. Acusarle de corrupto es excesivo. No puede pesar más un trío de ... que la cantidad de cargos políticos que hacen su trabajo con limpieza.
